Cuando se trata de chunches, cosas innecesarias o inservibles, las reacciones y puntos de vista respecto a ellas son muy diferentes, en una persona y en otra.
Para derrotar al enemigo, primero hay que conocerlo. Así sabremos cuál es su punto débil, y el ataque será más efectivo.
Cómo reaccionas frente al desorden? Con cuál de estas actitudes te identificas?
Actitud previsora
El previsor es el que piensa: “Talvez lo necesite algún día”.
Esta actitud la toman particularmente las personas que han atravesado una crisis financiera en su país, o a nivel personal, personas que tuvieron una niñez muy limitada, que talvez recuerdan que nunca les compraban ropa nueva, o que la comida no alcanzaba para todos en la casa cuando crecían.
Esta forma de pensar en el fondo se traduce en inseguridad. Las personas que no logran deshacerse de cosas innecesarias, gastadas, rotas, superfluas, debido a que “talvez algún día las necesitarán”, en el fondo temen que nunca tendrán forma de procurarse esas cosas de nuevo.
Si te identificas con esta actitud, recuerda que estas (y muchas otras cosas) siempre estarán disponibles cuando las necesites. Confía en que serás capaz de obtener los recursos para procurarte esas cosas en caso de que tengas necesidad de ellas (lo cual es muy poco probable). En el peor de los casos, siempre habrá alguien que pueda regalarte, prestarte, o venderte a precio rebajado cualquier cosa que necesites, llegado el momento.
Confía! Podrás encontrar libros gratis o rebajados en las compra-ventas de libros, o pedirlos prestados en la biblioteca. Podrás encontrar artículos rebajadísimos (incluso gratis) en las ventas de garaje, mercados de pulgas, o incluso preguntando a amigos y vecinos. Te lo aseguro! Sólo tienes que confiar en que, de una u otra forma, podrás obtener lo que necesites cuando lo necesites. Por ahora, libérate de toda esa carga extra.
Actitud perfeccionista
El perfeccionista es el que se dice: “No voy a hacer nada todavía. Esperaré a tener todo un fin de semana, y tener todas las herramientas que necesito, para hacerlo de manera perfecta”.
Muchos caemos (me incluyo) en esta trampa de: si no hago algo BIEN, mejor no hago nada. Y la verdad es que un poco de trabajo, aunque no sea perfecto, nos irá acercando más fácilmente a esa visión de perfección que tenemos en mente. El perfeccionismo no es algo malo en sí, lo malo es dejar que el perfeccionismo nos paralice y nos impida avanzar hacia nuestras metas.
El perfeccionista no se decidirá a organizar su escritorio, hasta no tener el basurero que necesita, la bandeja para documentos, el archivador perfecto, con sus carpetas de colores etiquetadas con máquina de etiquetas, y coordinadas por color.
El pensar de esta forma es como pretender que una persona que quiere correr una maratón no inicie a entrenar hasta no tener sus zapatos deportivos de última tecnología, su ropa de ejercicio de diseñador, la aplicación correcta instalada en su teléfono inteligente, la lista de canciones “perfecta” para entrenar, etc. Al final, lo que necesita es comenzar a entrenar, comenzar a caminar, a correr un poco despacio al principio, y a esforzarse por ir mejorando su condición física. Lo demás es cosmético, es superficial, es “bueno tenerlo”, pero no es 100% necesario para ir avanzando hacia el objetivo.
Hay una frase que me gusta mucho: “Haz lo que puedas, como puedas, cuando puedas, con los medios que tengas a la mano”. Si te identificas con este tipo de actitud, recuerda el objetivo principal, la meta. Lo demás podrás agregarlo después.
Actitud procrastinadora
El procrastinador es el que piensa: “Lo haré mañana”.
El problema es que ese “mañana” nunca llega. Y mientras tanto, se acumula la ropa sucia, los trastos sin lavar, las cuentas por pagar… Lo haré mañana, lo haré después, y lo malo es que, entre más tiempo pasa, más empeora la situación.
Si te identificas con la actitud procrastinadora, la solución es muy simple: Comienza! Para quienes dejamos todo para luego, la parte más difícil, más complicada, es comenzar. Una vez que se inicia a hacer algo, el resto es más fácil. Es como rodar un tronco: el primer empujón es el difícil, luego va rodado casi sin esfuerzo. Recuerda que “mañana” va a tener las mismas 24 horas de hoy, “mañana” también vas a tener que hacer otras cosas, igual que hoy, pero principalmente, recuerda que “mañana” será más difícil que hoy. Si eso no te convence, no sé qué lo hará.
Actitud rebelde
El rebelde es el que dice: “Nadie me puede obligar a hacer algo que no quiero hacer!”.
El rebelde es el que se rehúsa a deshacerse de cosas, aun cuando se le den los argumentos más razonables. Es quien deja los platos sucios en el fregadero, aunque sabe que luego va a ser más difícil lavarlos. Es quien deja la ropa en la secadora, aunque es consciente de que se arrugará.
Es posible que esta actitud se origine en una dinámica familiar muy autoritaria, en la que la persona “rebelde” era forzada a hacer sus deberes bajo amenaza de castigo, y aparte de eso, sus esfuerzos no eran celebrados ni agradecidos.
Si te identificas con la actitud rebelde, debes recordar que ya creciste, que eres adulta/o, que eres la única responsable de ti y de tus deberes. Ya no tienes a nadie vigilándote todo el día, así que tienes la libertad de hacer lo que quieras. Y si quieres tener una buena calidad de vida, un hogar del que te sientas orgullosa, deberás decidir hacer tus deberes para tu propio bien, porque te quieres, porque te aprecias, no porque nadie te obliga. Sólo así podrás encontrar la libertad de elegir que tanto anhelas. Hazlo por ti, no por nadie más.
Con cuál de estas actitudes te identificas? Qué has hecho para lograr enfrentar estas reacciones ante el desorden?
6 Comments
Mariana
Soy un poco previsora y procrastinadora 🙁 Pero en estos últimos tres años me he mudado tres veces, así que obligada tiré y doné muchas cosas que tenía guardadas al pedo. Todavía me queda mucho por tirar, pero gracias a tu página Gaby, me estoy organizando para liberarme cada tanto cosas inútiles y donar ropa vieja. Y lo bueno es que ya no acumulo cosas, desde la última mudanza, hace seis meses atrás, me di cuenta que no puedo seguir guardando y guardando cosas. Gracias de nuevo!
Gabi
Las mudanzas son excelentes ocasiones para darnos cuenta de cuántas cosas acumulamos, hay que aprovecharlas! =D
Yolanda Martín
Hola, Gabi,
Yo soy una combinación de “previsora” y “procastinadora”. Luchandoooooooo contra la dejadez.
Besos.
Gabi
Así es Yolanda, al pie del cañón sin desfallecer ni un solo día! =)
Jessica Jimenez
Previsora y rebelde.Como el primer comentario, me ha ayudado mucho mudarme para deshacerme de cosas que he visto que por años nunca necesité.
Gabi
Me alegro Jessica. Poco a poco alcanzaremos la meta!