Últimamente me he puesto a pensar en si existe una relación entre la limpieza y organización de nuestro hogar (o falta de ellas), y nuestro estado anímico. Me refiero a lo siguiente: si la casa está desordenada, nos ponemos tristes, decaídas, comienza el discurso de “qué desordenada que soy”, “qué inútil, no puedo ni mantener la cocina ordenada”,”esta casa da vergüenza, YO doy vergüenza”… y demás bellezas que a veces nos decimos a nosotras mismas. Y tan decaídas nos sentimos, que no tenemos energía ni para lavar un plato. Y cuando amanecemos con un poco más de energía, de ánimo, nos ponemos a limpiar, y el ver la casa ordenadita…