Muchas veces, nuestros mejores esfuerzos por eliminar objetos innecesarios de nuestro hogar, se ven saboteados por los sentimientos que despierta en nosotros un determinado objeto.
Eliminar objetos innecesarios de nuestro hogar implica tango razones objetivas (“hace un año que no lo uso”), como subjetivas (“es la blusa que usaba cuando mi marido me pidió matrimonio”).
Es probable que alguna vez hayas tratado de eliminar un objeto, y te hayas detenido por alguna de estas razones:
1. “Es especial para mí”.
Es fácil decir que un objeto tiene valor sentimental, cuando la realidad es que lo tenemos metido en una caja, talvez en un sótano húmedo, o aplastado bajo otro montón de cosas, donde solamente se está dañando. Si realmente es un objeto que valoras, exhíbelo, almacénalo o presérvalo de manera adecuada. Si tienes que pensar dos veces antes de recordar qué era exactamente ese objeto, o a quién perteneció, en realidad no es tan valioso como piensas.
2. “Deshacerme de ese objeto es deshacerme de un sueño”.
Cuando guardamos palos de golf, raquetas, o esquís, porque soñamos con ser una persona que practica esos deportes, pero la verdad nunca antes lo hemos siquiera intentado. O cuando fuimos y compramos hilos y lanas y agujas, porque soñamos con alguna vez tejerle a la nieta un vestidito como el que una vez nos tejió nuestra abuela, pero en realidad ni siquiera nos gusta tejer, o no tenemos la habilidad. O cuando sigues guardando los libros de medicina de los cursos que llevaste en la universidad hace 20 años, carrera de la que nunca llegaste a graduarte. Ciertamente todos esos son sueños, y es válido tener sueños. Lo que no es válido es sentirte atada a ellos por medio de un objeto que no tiene razón de estar contigo. Así que déjalos ir.
3. “Pagué mucho dinero por esto, y no me gusta desperdiciar dinero”. La realidad es que el dinero ya se gastó, desde el momento en que adquiriste ese objeto. Si se usa o no se usa, es independiente al gasto de dinero. En este punto lo único que te queda por hacer es pensar mejor la próxima vez que hagas una compra, y talvez pensar que talvez otra persona pueda aprovechar el objeto y evitarse el gasto. Pero seguir guardando algo para “aprovechar el dinero que pagaste”, no tiene ningún sentido, y más bien te causará más pérdidas, por el tiempo que debes invertir en cuidar de aquel objeto (limpiarlo, mantenerlo, etc.), y el precio que pagas por mantener el espacio que ocupa. Recuerda que cada centímetro de tu hogar te cuesta dinero. No sigas desperdiciando recursos
3. “Me recuerda a…
Puede ser una persona, un acontecimiento (triste o feliz), una época (la niñez), o simplemente un sentimiento que tuvimos y que de alguna manera vinculamos a ese objeto. Recuerda que los objetos son independientes de la memoria que tenemos de una persona amada, un lugar, etc. Las memorias, los recuerdos siempre van a estar contigo, sin importar si guardas la roca que recogiste en aquel paseo, o el tiquete de la película que fuiste a ver con aquel novio. Principalmente si las memorias son tristes (un divorcio por ejemplo), es imperativo que encuentres la manera de eliminar esos objetos de tu hogar, ya que esos objetos solamente te están llenando de energía negativa. Y para los objetos que quieres mucho mucho mucho y no sabes cómo reducir o eliminar, aquí te dejo un artículo que talvez te ayude:
Cómo organizar objetos sentimentales
Estas son razones sentimentales para seguir atadas a ese objeto. Sin embargo, cuando decides analizar racionalmente esos sentimientos, verás que las razones que te inventas no tienen ya tanto peso, y en realidad son solamente excusas.
Qué otras excusas te has inventado para seguir guardando cosas que no necesitas?

