Hoy dedicaremos nuestros 15 minutos a la ropa de cama.
Saca tus sábanas, colchas, edredones y mantas. Elimina las sábanas que tengan huecos o que estén ya muy gastadas. Si tus sábanas de cajón tienen el elástico estirado, repáralas o dónalas. Si tienes exceso de colchas, edredones o cobijas, o si quieres reemplazar alguna, dónalas.
Saca también la ropa de cama que no sea adecuada para el tamaño de tus camas actuales. Por ejemplo, si antes tu niña dormía en una cama individual, pero ahora tiene una cama tamaño full, puedes eliminar la ropa de cama de tamaño individual.
Hay quienes dicen que dos juegos de ropa de cama por cada cama son suficientes, sin embargo pienso que esto es una decisión personal. Aunque así sea, si tienes limitaciones de espacio, sería bueno que consideraras reducir la cantidad.
Dobla de nuevo la ropa de cama que vayas a dejar y reacomoda en los clósets. Trata de guardar las sábanas en juego (sábana de cajón, fundas y sábana plana), para que así sea más fácil cambiar las camas.
Por último, si vives en un país con estaciones climáticas muy marcadas, podrías pensar en guardar la ropa de cama “de la otra estación” en un lugar menos accesible, como en un lugar alto, en bolsas de succión hermética, o en cajas plásticas debajo de las camas.
Sé que este es un desafío medio aburrido, pero tú puedes hacerlo, yo sé que sí!
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Gracias por unirte al desafío!
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