Hay algunas tareas que con sólo pensar en que debemos hacerlas, se nos para el pelo.
Uy qué pereza planchar!
Qué aburrido lavar los platos!
Qué horrible que es barrer!
En mi caso es tender la ropa. Odio tender la ropa!
Qué raro verdad?
El gran problema a la hora de tener la casa ordenada no es cómo aprender a organizar, porque en realidad la mayoría sabemos cómo hacerlo: desechar, agrupar, limpiar, reacomodar.
Los mayores obstáculos a la hora de organizar la casa son la falta de energía, y la falta de tiempo.
Lastimosamente, para organizar la casa hay que ponerse a trabajar. No es algo como que podamos imaginar y ya sucede. Todavía me falta inventar la máquina que haga esto.
Lo más curioso es que casi siempre tenemos tiempo para ordenar y acomodar. Talvez no tengamos 5 horas seguidas, pero te aseguro que aun la más ocupada de nosotras tiene 15 minutos diarios para ordenar una gaveta, doblar de nuevo una pila de blusas, guardar los platos limpios, pasar la escoba, colgar los abrigos, recoger la ropa sucia del suelo, etc.
Pero cuando tenemos que hacer esas cosas que tanto odiamos, las dejamos y las dejamos, pensando que nos van a tomar muchísimo tiempo, entonces mejor lo hacemos después.
Qué hacemos entonces para dejar de estar dándole vueltas a eso que tenemos pendiente y hacerlo de una buena vez?
El impulsarnos a hacer las cosas, aunque no queramos y aunque no tengamos mucho tiempo, nos traerá muchas consecuencias positivas: habrá menos desorden, dejaremos de llegar tarde, dejaremos de olvidar las cosas, y reducirá nuestro nivel de estrés, sólo por mencionar algunos beneficios de la organización.
Pero, puede ser muy difícil programar nuestro cerebro para ser capaz de tomar estas acciones que por nada del mundo quisiéramos realizar.
Necesitamos motivación y un incentivo extra!
Y de eso vamos a hablar ahora…
Lista para el secreto?
…
…
Las cosas que más odiamos hacer son más rápidas de hacer de lo que creemos.
A mí me pasa muchas veces con la doblada de la ropa.
Y sé que no soy la única.
Tengo la mala costumbre de ir poniendo la ropa limpia en un sillón que tenemos en el cuarto, para doblarla “ahorita”. O “mañana”. Y ahí queda la ropa, y se lava otra vez, y se vuelve a poner más ropa encima, y más ropa y más ropa…
Casi casi hasta que está a punto de caerse al piso del montón que hay. Y uno la ve y piensa “uy no, voy a pasar 2 días doblando toda esta ropa!” (un poco exagerada yo…)
Entonces me acuerdo de este secreto, y me pongo a doblarla. Pero antes, pongo el cronómetro. Y pongo en el tele algo que me guste ver.
Y a doblar se ha dicho!
Ya para cuando he terminado de doblar, la ropa me estorba tanto visualmente en la cama, que de una vez voy y la guardo en los clósets rápidamente.
El otro día pensé en hacer un artículo de este mismo tema, y me tomé el trabajo de contar cuántas piezas de ropa había doblado. Pero eso fue hace tiempo y ya no me acuerdo cuántas eran. Pero era una pila de ropa como de 1 metro de alto. No amontonada, sino, pieza extendida sobre pieza extendida. O sea, una camiseta estirada, encima un pantalón estirado, encima una camisa estirada. O sea, sí que era mucha.
De lo que sí me acuerdo es que duré menos de media hora. Talvez unos 25 minutos a lo mucho!
Y yo que ya tenía 3 semanas de estar con ese peso encima y es estrés de estar viendo y viendo la ropa, y viendo y viendo la ropa sin doblar cada vez que entraba a mi cuarto.
Son cosas que uno hace que no tienen ningún sentido.
O más bien “cosas que uno NO HACE.”
Y así como este ejemplo, hay muchísimos. Aquí hay otro para que veas: Cuánto tiempo tomó limpiar este desastre?
Por lo que muchas Organizadas me escriben y me comentan, no soy la única que sufre de “ropa-en-el-sillón-citis”, o de “no-quiero-lavar-los-trastes-itis”. Pero lo único que hay que hacer es cambiar el switch, y dejar de decir: “qué montón de ropa por doblar”, y comenzar a pensar en términos de: “si doblo esa ropa YA, en 20 minutos habré terminado y ya no estará estorbando y viéndose tan fea ahí tirada”.
Te das cuenta como con sólo un cambio de mentalidad, de repente ya la tarea extenuante y terrible no se ve tan imposible?
Comienza a tomarte el tiempo, trabaja rápido y apunta cuánto te toma hacer algo. La próxima vez que te toque hacerlo, fíjate en tus notas, y piensa que en 10 minutos ó 15 ó 20 ya habrás terminado. Así vencerás esa resistencia que no te permite de una buena vez hacer todas esas pequeñas tareas que te roban la paz, y así comenzar a disfrutar de tener tu casa más organizada y tus tareas hogareñas bajo control. No tiene sentido seguir dándole vueltas y vueltas a algo que nos tomará talvez 5 ó 10 minutos hacer, no crees? De igual forma habrá que hacerlo tarde o temprano, así que, por qué mejor no nos quitamos eso de encima de una vez?
Ahora, si nuestro tiempo es tan extremadamente limitado que lo más que logramos es poner comida en la mesa y lavar algo de ropa, y a miles costos, pues obviamente se seguirán haciendo solamente las tareas que yo llamo “de emergencia”, o sea, lo mínimo para que la casa camine un poco. Y ni modo, habrá que aguantar todo lo demás.
Pero si estamos escogiendo hacer cosas menos importantes sobre otras más importantes (por ejemplo, coser un botón de una blusa que tiene 6 meses de estar guardada, en lugar de cocinar la cena de esta noche) simplemente porque no nos gusta hacer algo, eso es muy diferente. Ahí no queda más que hacernos responsables y entrarle a lo que tengamos que hacer, aunque no nos guste.
Lo bueno es que cuando vemos esas tareas odiadas en términos de “me puedo quitar esto de encima en 10 minutos”, es muchísimo más fácil hacerlas. Y pronto, sin andar esperando mucho ni dándole largas al asunto.
Cuando escogemos hacer las cosas pronto, o sea dejar de procrastinar o postergar, eliminamos toda esa energía negativa que se siente al tener cosas por hacer que casi se nos tiran a la cara en cuanto entramos a la casa. También eliminamos esa costumbre que tenemos algunas personas de estar tratándonos mal sólo por tener algo pendiente: “qué mala que soy en las cosas de la casa”, “soy una vagabunda/fodonga/floja”, y cosas por el estilo.
Así que, manos a la obra! Aquí está tu plan de acción:
Paso 1: hacer un listado de las tareas de la casa (o del trabajo o del estudio) que menos te gusta hacer.
Paso 2: si tienes pendiente alguna de esas tareas, ponte a hacerla de inmediato, pero no te olvides de poner el cronómetro (de seguro tu teléfono tiene uno, o simplemente cuenta los minutos). Trabaja rápido-rápido-rápido, y no comiences a contar el tiempo hasta que no tengas a mano todo lo que necesitas. Si vas a planchar, saca el planchador y ármalo, conecta la plancha y caliéntala, ten a mano el spray o botella de agua, el spray de almidón si lo usas, ganchos o perchas, una silla para ir poniendo la ropa planchada, y obviamente la ropa que vayas a planchar. Cuando tengas todo listo, comienza la cuenta!
Paso 3: Cuando tengas que repetir la tarea y no tengas nadiiiiita de ganas, saca tu hojita y repasa cuánto tiempo te tomó hacerlo la última vez. Y piensa en términos de “me quitaré esto de encima en sólo 15 minutos”.
Vas a ver qué motivante es esta técnica. Te lo garantizo!
6 Comments
Rokayah Navarro García.
Mi querida Gabi, un saludo desde Marruecos, como cada año.
Yo odio a muerte recoger la cocina por la noche, pero lo hago aunque sea arrastras. ¿Sabes por qué? Porque odio aún más levantarme por la mañana y encontrarme la cocina sucia. Me pone de mal humor. Así que cuando la pereza se apodera de mí y el Pepito Grillo nocturno me dice: ¡Déjalo para mañana!, me levanto de un bote de la silla y me pongo a recoger y ordenar la cocina. En realidad no tardo más de 15 minutos, pero por la noche, estoy ya para el arrastre (como la mayoria de nosotr@s, ja, ja).
Ánimo a tod@s los ciber organizados!! Es posible combatir la pereza, si seguís los consejos de Gabi.
Un abrazo, Gabi.
Dora
buenas tardes Gaby un saludo desde new jersey yo tengo un problema grande mis dos dormitorios estan llenos de cajas y muchas cosas entonces cuando quiero empezar a organizar se me quitan las ganas porque no se por donde empezar me da verguenza y me siento mal.
Bere
Qué tal Gaby!! Acabo de suscribirme, la realidad es que en un afán desesperado por encontrar al genio de la lámpara que lo haga todo, o en su defecto, me ayude. La vida se me ha complicado un poco, soy divorciada, madre de un niño de 3 años, que no me deja ni a sol ni a sombra y mi madre cayó enferma este año y también requiere atención y cuidados, así que sólo hago un poco de todo y nada se nota. Por cierto, además trabajo fuera de casa.
Marria
La técnica se llama Ponmodoro ( porque muchos cronos de cocina tienen forma de tomate) y se aplica tb al trabajo intelectual 25 minutos y un pequeño descanso. Se adelanta mucho.
Saludos
martha velasco
super gaby y es verdad, y siempre pasa con la ropa y los platos la verdad jajajajajaj!!! pero igual no me toma nada de tiempo y lo hago velozzzzz
Angie
Una vez leí que sí una de las cosas que ibas a anotar en lista las podías hacer en 2 min mejor no la anotes y hazla. Me ha funcionado!!