Como planificar en medio de circunstancias inciertas
Productividad

Como planificar en medio de circunstancias inciertas

Algunas de ustedes saben o se imaginarán que yo soy el tipo de persona que siempre necesita tener algún tipo de planificador, agenda, calendario, alguna herramienta que me ayude a gestionar mi tiempo y recordar mis compromisos.

Sin mi agenda me siento como perdida, como que paso el día ocupada pero sin hacer “las cosas importantes”. Es esa idea permanente de que se me está olvidando algo. Te ha pasado?

Pero aunque vivo por mi agenda, ha habido épocas en el pasado, durante las cuales he tenido que afrontar el día sin saber qué iba a pasar al día siguiente, mucho menos la siguiente semana o el siguiente mes. Por ejemplo cuando:

  • Mi esposo ha quedado sin trabajo
  • Ha habido problemas de depresión e ideación suicida en mi familia
  • No sabíamos si nos aprobarían o no un refinanciamiento de nuestra casa (nota: no lo aprobaron)
  • Hemos estado a punto de cerrar la venta de nuestra casa (nota: no la hemos podido vender aún)
  • Hemos tenido que valorar la posibilidad de mudarnos de pueblo, e intentar una vida completamente diferente a la que hemos vivido

Entre muchas otras circunstancias, en las que uno se siente por un lado impotente, y por otro lado incapaz de mirar más allá de una cuarta de la nariz.

O por poner un ejemplo muy al azar y sacado de la manga: lo que TODO EL MUNDO ESTÁ VIVIENDO EN ESTOS DÍAS!

Y principalmente ahora que en muchos países nos tienen guardados en las casas, los primeros días todo es diversión y juegos: levantarnos tarde, comer lo que sea cuando sea, ver 10 películas seguidas…

Pero al pasar varios días sin rutina ni estructura, como que uno comienza a sentirse un poco inquieto, como buscando qué hacer. De repente te comienzas a levantar a la misma hora de siempre, ver películas ya no te hace tanta gracia, tu digestión está un poco resentida.

Lo puedes notar mejor en el comportamiento de los niños pequeños: de pronto comienzan a estar un poco malhumorados, inventan cosas, sacan juguetes con los que nunca juegan. De la nada tienen hambre, y luego ya no tienen hambre, les da insomnio, les da chicha de sueño a media tarde…

Esto también nos pasa a los adultos, y sabes qué es?

Es nuestro instinto buscando crear una nueva rutina. Porque las rutinas nos hacen sentir seguros.

Recordemos que el ser humano necesita rutinas. El bebé cuando nace come a sus determinadas horas, duerme a sus determinadas horas. Más adelante, aprende que a cierta hora lo asean, lo sacan al sol, le dan su fruta. Ahora es tiempo de jugar, y si está oscuro no hay que jugar sino que hay que dormir. Esas rutinas le dan seguridad al niño.

Pero y qué podemos hacer entonces para, como adultos, procurarnos un poco de esa seguridad, si alrededor de nosotros todo es incertidumbre? Cómo podemos traer un poco de estructura a nuestro día a día en esas condiciones?

Hoy te traigo algunos tips para planificar en circunstancias inciertas:

  1. Retomar nuestras rutinas. Levántate y acuéstate a la misma hora todos los días. Toma tus alimentos aproximadamente a las mismas horas, continúa haciendo ejercicio si antes lo hacías, o trata de hacer un poco de ejercicio, ya que de paso te sube el ánimo.
  2. Ser realistas. No es el momento de ponernos grandes metas. Haz lo necesario, y deja los proyectos ambiciosos para épocas más normales de tu vida, que con certeza vendrán más adelante.
  3. Ser flexibles. Hay circunstancias que definitivamente no podemos cambiar. Así que en lugar de luchar contra la corriente, aprende a adaptarte. Acepta que algunas cosas van a cambiar de repente o a última hora, te guste o no. Si aprendes a que estos cambios no te afecten mucho, tu inconformidad con ellos será menor.
  4. Planear en nuestro calendario o agenda los eventos que no se modifican a pesar de las circunstancias: cumpleaños, celebraciones, días de pago de salarios, pagos que haya que realizar (aunque no sepamos a ciencia cierta si los vamos a poder realizar. Es mejor saber qué cosas no pudimos pagar, a vivir en la ignorancia).
  5. No pensar en mucho tiempo más allá del día siguiente, o dos días más adelante. En otras palabras, prepara o planifica lo que puedas, y no te abrumes pensando en el futuro. Ya habrá tiempo para pensar en él más adelante.
  6. Planifica sólo lo necesario. No te sobrecargues, ni te pongas creativa inventando cosas solamente para ocupar tu mente y tu tiempo. En este momento se hace muy necesario descansar, tanto física como mentalmente.
  7. No planificar tareas específicas, sino categorías de quehaceres. Por ejemplo: no pongas en tu agenda “estudiar los capítulos 3 y 4”, sino solamente “estudiar”. Así evitarás ponerte más presión de la necesaria, en tanto no descuides tus compromisos y responsabilidades.
  8. Tener muy presente que esta es una época pasajera. Pronto las cosas volverán a la normalidad, y podremos volver a nuestras aburridas y predecibles vidas.
  9. Meditar, orar, agradecer. Coloca en tu agenda un tiempo para estas actividades, verás que te hará muy bien.

Debemos pensar que esta (la de ahorita o cualquier otra circunstancia incierta que afrontemos) es una época de cambios, es una época en la que nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu requieren utilizar la energía, que normalmente se usa para la cotidianidad, en mantenerse sano, mantenerse funcional, y prepararnos para los cambios que vengan, sean buenos o no tan buenos.

Yo me lo imagino así: es como cuando a nuestros antepasados los acorralaba un tigre dientes de sable en una cueva, donde no podía alcanzarlos. Y simplemente tenían que esperar a que el tigre se aburriera y se fuera, o armarse con piedras y palos por si tenían que salir y enfrentarlo para salvarse. Me imagino que mientras esperaban, nuestros tatara-tatara-tatara-tatarabuelos cavernícolas no se ponían a hacer utensilios o ropa o cosas que no necesitaban, sino armas, o sea, las cosas 100% necesarias para prepararse en ese momento que vivían.

Nosotros también necesitamos armas: necesitamos paz mental, necesitamos alimentarnos bien, necesitamos claridad de pensamiento, fomentar nuestro amor propio y nuestra confianza en que seremos capaces de tomar las mejores decisiones con los recursos que tenemos.

No tengas miedo ante “lo que vendrá”. El miedo nos paraliza, no nos deja pensar bien. Lo que sea será, y debes tener confianza en que podrás salir adelante. Un día a la vez, un paso a la vez. Pero de que sales, sales!

Y ante circunstancias inciertas, recuerda tomar agua. Siempre es bueno tomar agüita y mantenernos hidratados. Así la mente y el cuerpo funcionan mejor.

Qué otras estrategias para momentos inciertos tienes en tu arsenal? Compártelas!

Feliz organización!

Gabi