Cuando debemos volver a trabajar luego de un período, sea que hemos estado en licencia por maternidad, o nos hemos tomado un tiempo para criar a los chicos, o porque es la primera vez en la vida que trabajamos fuera de la casa, es natural atravesar un tiempo de ajuste, mientras las cosas vuelven a su “nueva normalidad”.
Es probable que durante el tiempo que no estuvimos trabajando fuera de casa, tuviéramos todos los quehaceres de la casa al día, la comida a tiempo, las compras hechas, la ropa lavada, doblada y planchada, etc. Sin embargo, estas cosas pueden cambiar al entrar a trabajar, ya que, como es obvio, vamos a tener menos tiempo (y menos energía) que antes para dedicarle a la casa.
Así que hoy te traigo algunos consejos para hacer más fácil la transición al regresar al trabajo.
Consejos para volver a trabajar luego de ser ama de casa
1. Olvídate de “lo haré cuando tenga tiempo”
Si dejas algo para “luego-luego-luego”, sin determinar exactamente “cuándo”, adivina… ese “luego” no llegará nunca. Determina la urgencia del quehacer, y dale la prioridad que requiere, aunque tengas que sacrificar un poco de tu tiempo de descanso. Por ejemplo, si durante el fin de semana no lavas los uniformes, la próxima semana no tendrás uniformes limpios para ir a trabajar.
Por otro lado, no le des prioridad a lo que no sea urgente (por ahora). Durante este período de ajustes, es mejor enfocarse en lo necesario solamente. Y para lo demás, podrías establecer un momento en el futuro (“dentro de un mes”) para reevaluar tu nueva rutina, y agregar esas tareas que has dejado de lado, antes de que se conviertan en “tareas urgentes”.
2. Involucra a los demás miembros de la familia
Tu trabajo fuera de casa beneficia a todos los miembros de tu familia, sea que tu salario se destine a pagar deudas, o a dar un poco de holgura al presupuesto familiar. Por lo tanto, habla con tu familia, y establece obligaciones. No se trata de: “necesito que me ayuden”, porque esta directriz es muy ambigua; sino más bien en la línea de “de qué te quieres encargar tú?”, o “Juan se encargará de sacar la basura todos los miércoles”.
Procura que sean tareas específicas, y de poner expectativas claras. Por ejemplo, si alguien más se encarga de “ordenar la cocina”, y sólo lava los platos, en lugar de limpiar los derrames y boronas, secar y guardar los platos “como tú lo haces”, es porque la expectativa no está clara, y hay que repasarla para que no haya malos entendidos.
3. Establece un horario
El trabajo de la casa no se acaba nunca, por lo tanto es muy fácil “emocionarnos” y sorprendernos limpiando a las 11 de la noche. En estos casos, lo mejor es establecer un tiempo específico durante el cual nos vamos a encargar de la casa. Una hora, o cuando mucho dos, bastarán para poner algo de orden en las áreas críticas.
Adicionalmente, si trabajas en tu propia empresa, o tienes la flexibilidad de establecer tu propio horario de trabajo, o si tienes que llevarte trabajo a casa, determina cuáles horas van a ser tus “horas de trabajo”, y respétalas. Procura ser razonable, no te quedes trabajando hasta las mil, recuerda tomar descansos para comer un snack, hidratarte, estirarte, descansar los pies (si trabajas de pie), comer tu almuerzo, etc. Así no te agotarás.
4. Simplifica tu menú
Si cuando no trabajabas fuera de casa acostumbrabas preparar un plato fuerte, tres acompañamientos y postre para la cena, ahora vas a tener que simplificarte, y talvez preparar un plato fuerte y un acompañamiento solamente. Busca recetas que te permitan cocinar una vez y comer dos veces de ella (una lasaña grande por ejemplo), utiliza la olla de cocimiento lento, prepara arroz para más de una comida, compra cortes de carne ya adobados, listos para poner rápidamente al sartén. Y en casos de emergencia, abre una lata de atún, haz sándwiches, prepara hotdogs, o hierve una pasta y mézclala con una salsa de frasco. De nada servirá que estés trabajando, si gastas todo tu salario en comer fuera porque no tienes tiempo de cocinar.
5. Acostúmbrate a lavar los platos después de la cena
Así como aprendimos recientemente en el Reto que hicimos en el grupo de Facebook Organizadas Unidas, el amanecer con la cocina limpia nos da un “nuevo aire” por la mañana, nos da energía, y nos facilita MUCHO la preparación de los alimentos. Y en caso de un día extremadamente ocupado, saca la vajilla plástica, úsala y tírala. Nadie se va a morir por ello.
6. Trabaja un poco el fin de semana
Soy enemiga de pasarme el fin de semana limpiando y lavando cosas, porque mi prioridad durante el fin de semana es pasar tiempo con mi familia, pero si la situación lo amerita, habrá que hacer al menos algunas cosas.
Concéntrate en las tareas más urgentes, esas que si no se hacen, interrumpen o perjudican grandemente el flujo de la semana: ropa, preparar comidas o ingredientes con anticipación, limpiar las áreas que más se utilizan. El Planificador Mi Casa Organizada es un muy buen aliado para ayudarte a priorizar las tareas de la casa, y concentrarte en aquellas que realmente necesitas hacer.
7. Entre menos cosas tengas, menos cosas tendrás que limpiar
Haz el esfuerzo por ir disminuyendo el número de cosas innecesarias en tu hogar, comenzando por lo más obvio (cosas que ya no le sirven a nadie, que están dañadas, etc.), y continuando con los objetos que estén en las áreas de la casa que más se utilizan, generalmente la cocina, el dormitorio, la sala de estar y el baño.
No permitas que se hagan “montañas” de cosas, sean papeles, abrigos, zapatos, lápices, ropa “no del todo sucia”, y cosas así, porque son estas “montañas” las que le dan el aspecto “desastroso” a nuestro hogar. Aunque el piso esté un poco sucio y haya platos sin lavar, si la casa no tiene “pilas” o “montañas” de cosas por todas partes, se verá más ordenada, y será más fácil de limpiar.
8. No olvides tus “no negociables”
Recuerda que los “no negociables” son las tareas que mantienen tu casa funcionando, aun cuando estés atravesando un período estresante y lleno de cambios como este. Si estás demasiado limitada de tiempo, al menos haz tus “no negociables” como mínimo, hasta que logres ir haciéndole espacio a las demás tareas.
Espero que estos consejos te sirvan para hacer esta transición un poco más fácil para ti y para aquellos con los que compartes tu vida. Disfruta de esta nueva etapa, y sácale el mayor provecho!
Qué otros consejos tienes para quienes cuidan del hogar y además trabajan fuera de casa? Comenta!