Es muy probable que ya hayas leído mi libro “Los 12 peores errores al organizar cualquier espacio – y cómo solucionarlos” (si no lo has leído, descárgalo gratis dando click aquí).
Pero aparte de esos 12 errores, hay otros que es muy probable que estemos cometiendo (o hayamos cometido) en algún momento. Estos errores hacen más dificultosos nuestros esfuerzos por organizarnos, e incluso pueden llegar a paralizarnos en medio proyecto, o hasta impedirnos iniciar.
Sin embargo, en otras ocasiones hemos hablado de que el conocer al enemigo nos permite ganar la mitad de la batalla. Así que hoy te traigo otros 5 errores de organización, para que aprendas a reconocer al enemigo cuando te topes con él.
1. Buscar (y seguir buscando) el lugar “perfecto” para iniciar
Es cierto que cuando toda la casa está hecha un desorden es fácil sentirnos perdidas y no saber qué hacer primero y qué hacer después. Todo parece urgente, o simplemente “es TANTO”, que humanamente no podremos con todo.
Cuando te sientas así, inicia con lo más fácil, lo cual es la basura evidente: bolsas, envolturas, botellas de refresco, papeles que no se necesitan, pañuelitos desechables o servilletas usadas, etc.
Si no hay basura, el siguiente escalón será lo que ya tiene una “casita” muy obvia: lleva los platos sucios al fregadero, la ropa sucia a la lavadora o al cesto, los zapatos y abrigos a los roperos, etc.
Si no hay basura ni objetos fuera de lugar, es hora de ver nuestros objetos con ojos críticos, y decidir qué podemos donar. Nos armamos con una bolsa de basura, invocamos “el poder de 15 minutos“, y simplemente comenzamos a mover las manos y los pies por el área que querramos organizar, rápido y sin pensarlo mucho. La cosa es comenzar!
2. Comparar tus espacios con otros en la vida real o en internet
Uno de nuestros más gustados pasatiempos como mujeres creativas y que aprecian lo hermoso, es ver fotos en Pinterest, Instagram, y hasta en las tiendas de artículos de organización.
Sin embargo, hay que tener presente que muchas de esas fotos son modeladas, hasta usan iluminación especial, colores coordinados y esas cosas. Y en cuanto a las tiendas, o las casas de otras personas, tampoco se pueden usar como “el sueño dorado” porque las dinámicas de todas las familias son diferentes, las vidas son diferentes, las actividades son diferentes.
Una cosa es buscar inspiración, y otra es paralizarse y no hacer nada porque no encontramos el mueble exacto, o el color ideal para organizar coordinadamente nuestro espacio.
Además, es probable que estas personas estén muy avanzadas en su camino hacia la organización, y tú estés iniciando tu aventura.
En lugar de sentirte desmotivada por no alcanzar ese “ideal” que tienes en tu cabeza, celebra que estás haciendo avances, y disfruta de tus espacios cada vez que logras mejorarlos.
3. No ver más allá del desorden
A algunas personas, principalmente a quienes nos gusta organizar, un gran desorden nos provoca energía, ganas de movernos, de ponernos a trabajar.
Pero a otras, ese gran caos lo que les da son unas ganas desesperantes por salir corriendo y olvidarse de todo. Entonces mejor cerrar la puerta del ropero, meter todo en un cajón (gaveta), o volver a meter la ropa seca en la secadora.
Pero pensemos un momento en cómo replantear esto positivamente. A mi parecer, si ya logramos “ver” el desorden, es porque estamos progresando.
Es muy común “desensibilizarse” y pasar de lado, una y dos, y mil veces, hasta que alguna situación o acontecimiento (visitas inesperadas por ejemplo), nos hace “ver” todo aquello que minutos antes ni siquiera existía.
Si el desorden te paraliza y no sabes para dónde agarrar, comienza por lo fácil, lo cual es la basura evidente (cosas quebradas, rotas, inservibles, o basura obvia), colócala en una bolsa, y sácala.
Luego, anda a dar otro repaso con otra bolsa, o una caja, y saca las cosas que es evidente que ya no te sirven, pero que todavía le pueden servir a alguien más: la blusa que te queda grande, los zapatos altos que nunca te pones, el tapete feo que no va con los muebles nuevos, etc. Ponlo todo en la caja, y sácala de tu vista, y ojalá de tu casa. Y llévalos a donar en cuanto te sea posible.
Y así, ir poco a poco bajándole el nivel al desorden. Lo cual nos lleva al siguiente error.
4. Pretender hacerlo todo en un día
De esto tienen mucha culpa los programas de televisión del tipo “extreme makeover”. Gracias a la magia de la televisión, en media hora podemos pasar de caos total, a habitación nueva, pintada y redecorada.
Y nuestra mente, siempre tan positiva, nos hace creer que eso es posible en medio de la vida real, con trabajos, estudios y transportes de ida y vuelta a la escuela, con el limitado par de manos que tenemos, y muchas veces con un presupuesto limitado, o inexistente.
Es mucho mejor y hasta nos ayudará a establecer mejores sistemas de mantenimiento, si vamos realizando el proyecto de organización poco a poco. Así no te alocas, no te abrumas, y puedes finalmente “organizar tu casa”, aún en medio de tus múltiples obligaciones. No es imposible!
5. Esperar hasta tener el plan perfecto
El exceso de información en medio del cual vivimos, ha provocado lo que ahora se denomina “parálisis por análisis”, lo cual quiere decir, planear hacer algo, y continuar planeando y planeando y planeando hasta el fin de los tiempos, y nunca comenzar porque al plan siempre le hace falta algo.
No puedo organizar el ropero porque tengo que sacar toda la ropa que no uso, pero si saco toda esa ropa no voy a tener qué ponerme, tengo que comprar ropa nueva primero, pero luego dónde la voy a guardar, ya sé, voy a “investigar” en Youtube acerca de eso que llaman “guardarropa en cápsula” o los “33 artículos de ropa”, y con base en eso, crear mi nuevo guardarropa con menos piezas, y también puedo aprender el método Konmari para doblar la ropa como ella lo enseña para ahorrar espacio, pero para eso necesito unas divisiones para los cajones, y cajas de acrílico transparente para guardar las blusas, pero primero… y luego… y luego…
Y tooooodo ese análisis interminable durante días y semanas y hasta meses, cuando podemos iniciar hoy, ya mismo, sacando la blusa manchada, la que no nos queda bien, la que usábamos con el uniforme del trabajo que dejamos hace 2 años.
Ningún plan es perfecto desde el principio. A todos hay que ir haciéndoles ajustes conforme se van encontrando obstáculos y nuevos dilemas.
Tu sistema de organización no es estático, es dinámico, siempre vas a tener que sacar o agregar cosas, así que no esperes a tenerlo todo “fríamente calculado”, y ponte a trabajar sin pensarlo mucho. Lo demás lo verás después.
Y no importa si tienes que “rehacer” el trabajo después, míralo simplemente como una opción que “ya comprobaste” que no funciona. Y sigue adelante.
Por esto mismo es que es tan importante ir poco a poco, porque de a poquitos los errores son más pequeños, y más fáciles de remediar.
—
Qué piensas de estos 5 errores comunes al organizar? Te ha sucedido alguno de ellos? Comenta!