Ya una vez habíamos hablado acerca de cómo evitar llegar tarde a todo, pero ahorita que están entrando las clases, es bueno retomar el tema, porque la puntualidad es un hábito que se refuerza mucho en las escuelas. Cómo no, si es una muy buena costumbre que nos acompañará toda la vida?
Así que me puse a analizar cómo trabaja la mente de una persona puntual (específicamente una amiga, y mi papá, que son súper puntuales, y mi hijo, que por dicha es muy puntual también), para tratar yo misma de ser puntual, algo con lo que lucho todos los días de mi vida.
Las personas puntuales odian andar apresuradas
Para las personas puntuales, lo peor del mundo es andar apresuradas. Detestan tanto ese sentimiento de andar a la carrera, que toman todas las precauciones necesarias para estar listas y salir con tiempo hacia donde sea que vayan. Tan es así, que aunque algo suceda de camino, saben que aún así no necesitan andar en carreras, porque tienen suficiente tiempo.
Las personas puntuales agregan tiempo extra a sus actividades
Las personas puntuales saben que siempre puede suceder algún imprevisto. Puede que no haya parqueo, pueden toparse con alguien que los atrase, podrían ensuciarse la ropa y tener que cambiarse a último momento, o tantas otras cosas. Por lo tanto no toman en cuenta el tiempo justo que les tomará llegar a algún lugar ,sino que siempre planean algo de tiempo extra.
Las personas puntuales tienen una muy buena estimación del tiempo
Me pasa por ejemplo, que cuando voy hacia algún lugar, planeo hacer algo antes (pasar al super a comprar algo rápido, o ir a comprar un regalo si es que voy a una fiesta), y mi mente cree que esa parada me va a tomar 5 ó 10 minutos, cuando en realidad la parada toma media hora. Las personas puntuales no son así. Las personas puntuales son muy buenas estimando el tiempo que les tomará hacer algo, y no sólo hacerlo (por ejemplo, entrar a la tienda, escoger el regalo, pagar y salir), sino también el tiempo que les tomará detenerse (desviarse del camino, encontrar parqueo, caminar hasta la tienda), y además, agregan tiempo extra, como lo dijimos en el punto anterior.
Las personas puntuales se organizan con anterioridad
Las personas puntuales se preparan con tiempo para una actividad. No sólo el propio día, sino que con anterioridad ya saben qué ropa van a ponerse, la han revisado para ver que no le falte un botón o no esté suelto el ruedo (dobladillo), y días antes tienen presente esa actividad, tanto en sus mentes como en sus agendas o calendarios (porque la apuntaron desde que supieron de ella), de manera que la actividad no vaya a interferir con sus otros compromisos.
Las personas puntuales se levantan temprano
En general, las personas puntuales gustan de levantarse temprano, ya que el sentimiento de estar “con tiempo” desde la primera hora de la mañana les acompaña durante todo el día. Cuando no escuchan la alarma, o no se levantan a la hora que habían planeado, sienten que todo el día “se les corrió”, y que están tarde para todo. Y dado que ODIAN ese sentimiento, prefieren sacrificar unos minutos de sueño, a cambio de mantener esa sensación de bienestar y tranquilidad que tanto les gusta.
Las personas puntuales reflejan su puntualidad en todos los aspectos de su vida
Las personas puntuales son puntuales para todo. Cuando tienen una fecha límite para entregar un trabajo o para terminar una tarea, se aseguran de tenerla lista o entregarla al menos el día antes. Por la misma razón se acuestan temprano, duermen bien, preparan su ropa del día siguiente, apuntan sus compromisos en un calendario y recuerdan revisarlo a diario. Y además, y con mucha razón, esperan que los demás sean (seamos) puntuales también, como una cortesía hacia ellos, que también se preocuparon por llegar o estar listos o tener las cosas preparadas a tiempo.
———————
Espero que, al igual que yo a este punto, te hayas dado cuenta de que ser puntuales tiene bastante sentido. No vale la pena andar tan apurado, llegar tarde a una reunión importante, con las cosas que se nos caen de las manos, el pelo parado y la blusa torcida. Un poquito de planificación y algunos minutos extra hacen una gran diferencia.
El ser puntual trae muchas buenas consecuencias. La puntualidad nos hace ver como personas consideradas, organizadas, planificadoras, y sobre todo respetuosas de los demás. No crees que es un hábito que deberíamos aplicar con más rigurosidad? Yo creo que sí 🙂